El agua es el elemento más abundante del planeta y de nuestro cuerpo. Tal y como explica la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) el porcentaje de agua en nuestro cuerpo disminuye con el paso de los años: el agua representa en un feto un 90%, en un bebé el 80%, en un niño el 70%, en un adulto entre el 60 y 65% y en un anciano entre el 50 y el 55%.
Entre sus funciones en nuestro organismo, el agua es responsable de las reacciones que se producen en las células, del transporte de nutrientes, de la regulación de la temperatura corporal, de la eliminación de las sustancias de deshecho y, además, es el componente esencial de muchos líquidos de nuestro cuerpo.
Lógicamente, el agua también es un elemento imprescindible para nuestra alimentación que a menudo se olvida en las dietas, fundamentalmente basadas en el contenido calórico. Los niños pequeños y las personas mayores tienen un mayor riesgo de deshidratación y factores como un clima cálido, húmedo o la práctica de deporte representan situaciones en las que la pérdida de agua es mayor.
Pero, ¿cuánta agua debo beber al día?
Según recoge la FESNAD a partir de un estudio de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA por sus siglas en inglés) a partir de los 14 años la ingesta de agua diaria (a partir de agua, bebidas y alimentos) oscilará entre los dos y dos litros y medio (dependiendo de factores como el sexo, la masa corporal y la edad). En épocas como el embarazo y en mayor medida en la lactancia se recomienda aumentar el consumo diario de agua. En los niños depende de la edad: oscila entre los 1-1,2 litros al día en bebés de 1 a 2 años y los 1,9-2,1 de los niños y niñas de 9 a 13 años.
Alternativas para la hidratación
Al menos el 80% de la cantidad de agua recomendada diariamente se obtiene mediante la ingesta de agua. Pero el resto puede aportarse con otros alimentos (sobre todo frutas y verduras), infusiones, leche, zumo y refrescos. Aunque el agua es la mejor bebida para hidratarte.
Recomendaciones para hidratarse
La FESNAD aporta igualmente una serie de recomendaciones para una hidratación correcta:
– Lo mejor para combatir la sed es beber agua
– No hay que esperar a tener sed para beber
– Los niños pierden más agua que los adultos por la piel. Hay que recordarles que tienen que beber porque a menudo lo olvidan
– Las mujeres embarazadas y durante la lactancia deben aumentar la ingesta diaria de agua
– La sensación de sed se pierde con la edad por lo que es necesario hidratarse
La calidad del agua
Como hemos visto, el consumo de abundante agua para hidratarnos es un factor clave en nuestra dieta. Y es que es fundamental beber agua de calidad y que esté libre de elementos dañinos para nuestra salud, que se pueden acumular en el organismo con el paso de los años.
Por ello, desde Ordessa recomendamos una alternativa sostenible y respetuosa con el medio ambiente a las botellas de plástico de agua mineral. Se trata del sistema de ósmosis y de los descalficadores, que se pueden instalar de forma cómoda y duradera en casa para añadir a una dieta saludable un agua de máxima calidad.