La leche en polvo es una alternativa para las familias en las que la madre no puede o no quiere alimentar al bebé exclusivamente al pecho. La preparación para lactantes es un sucedáneo apropiado de la leche materna para aquellos bebés que no son amamantados. Pero a la hora de prepararlos surgen muchas dudas y, entre ellas, si hay que hervir el agua mineral para el biberón. Y la respuesta es que sí ya que las preparaciones en polvo para lactantes no son estériles.
Es decir, pueden contener bacterias nocivas capaces de provocar graves enfermedades en los lactantes por lo que una preparación correcta de estos biberones reduce el riesgo de estas dolencias en los más pequeños. Y es que, el bebé tiene un sistema inmunitario mucho menos desarrollado por lo que es más susceptible a infecciones por culpa de microorganismos y de parásitos.
Y resuelta la duda acerca de si es recomendable hervir el agua o no para el biberón, incluso si se trata de agua mineral, vamos a abarcar otras de las muchas dudas comunes entre los padres.
¿Cómo hervir el agua del biberón?
Según una guía elaborada por el Departamento de Inocuidad de los Alimentos, Zoonosis y Enfermedades de Transmisión Alimentaria, de la Organización Mundial de la Salud el primer paso es la limpieza y esterilización de los utensilios necesarios para la preparación y toma como biberones, tetinas, tapaderas y cucharas. Es la única manera de eliminar las bacterias nocivas que podrían proliferar en la toma y hacer enfermar al bebé.
Tal y como indica esta guía, hay que limpiar y desinfectar la superficie en la que se preparará la toma y lavarse las manos con agua y jabón, secándolas con un paño limpio o un paño desechable.
El agua potable limpia se puede hervir con un hervidor automático o con una cazuela, asegurándose de que el agua hierva a fuego vivo. En ningún caso hay que utilizar el horno microondas para preparar o calentar la toma, ya que no calientan los alimentos de modo uniforme y pueden crear las denominadas “bolsas calientes”, que pueden quemar la boca del bebé.
El agua no estará a menos de 70ºC, de modo que no hay que dejarla enfriar durante más de 30 minutos después de hervirla, recomienda la organización.
Tras agregar la cantidad exacta de polvo al agua contenida en el biberón se puede cerrar y mezclar los ingredientes. Después de esto, es el momento de enfriarlo hasta la temperatura apropiada para alimentar al bebé, colocando el biberón bajo el chorro del grifo o sumergiéndolo en un recipiente con agua fría o con hielo.
¿Puedo conservar los biberones para administrarlos más adelante?
Esta es otra de las preguntas comunes y la respuesta es que sí, aunque lo más higiénico es administrárselo al bebé de inmediato. Pero si necesita preparar tomas por adelantado hay que preparar cada biberón por separado, enfriar rápidamente y meterlo en el frigorífico (a menos de 5ºC). La OMS dice también que hay que desechar toda toma refrigerada que no haya sido utilizada en 24 horas.
¿Qué podemos hacer con el agua cuándo el bebé crece?
Como hemos explicado, muchos de los casos de enfermedades gastrointestinales pueden estar ocasionados por el agua, sobre todo en los niños, mucho más sensibles a estas infecciones. Si estás cansado de comprar botellas de agua mineral para el consumo de los pequeños y del hogar, una buena idea es instalar en casa un sistema de ósmosis inversa, como los que se proporcionan desde Ordessa. De esta manera conseguirás eliminar los contaminantes presentes en el agua, dejando un sabor neutro y una calidad para el consumo excepcional. Eso sí, utilices el agua que utilices, ¡no dudes en hervirla para el biberón de tu bebé!