Aguas residuales: ¿qué son y cómo se tratan?

Las aguas residuales son el resultado de la utilización de agua en nuestros domicilios, en las fábricas o en actividades ganaderas. En definitiva, es agua contaminada por su uso. Por ello, estas aguas deben estar previamente depuradas para evitar sus efectos contaminantes en los ríos y arroyos a los que son devueltas. En este post profundizamos en qué son las aguas residuales y por qué es tan importante su tratamiento.

Definición aguas residuales

La contaminación del agua potable

Las aguas residuales son el resultado de la contaminación del agua en el hogar o en otros entornos. Antes de llegar al grifo de los hogares es previamente sometida a un proceso de potabilización del agua. El agua que llega a nuestras casas es agua potable que puede ser purificada mediante el tratamiento del agua con filtros de agua, un descalcificador o un equipo de ósmosis inversa para conseguir una gran calidad. Este tratamiento se suele realizar para el agua de boca o de la ducha.

Pero solo una pequeña parte del agua que utilizamos los humanos es para beber. La mayoría se convierte en agua residual procedente de nuestros hogares, de la industria o de la actividad agrícola.

Tipos de aguas residuales

1. Aguas residuales domésticas

Son las aguas que proceden de la contaminación en nuestros hogares y que contienen heces, orina, productos derivados del aseo personal, de la limpieza y de la cocina. A estas aguas se las conoce también como “aguas negras” ya que contienen materia orgánica y microorganismos, restos de productos de limpieza y abundantes grasas.

2. Aguas blancas

Son las aguas que van a parar a la red de alcantarillado procedentes de la lluvia, de otros procesos atmosféricos o bien del riego y limpieza de las calles.

3. Aguas residuales industriales

Son las aguas que proceden de las fábricas. Su composición es muy variable aunque suelen contener aceites, grasas, ácidos…

4. Aguas residuales agrícolas

Son las aguas procedentes de las labores agrícolas en las zonas rurales. Estas aguas pueden contener fertilizantes y plaguicidas.

Como hemos visto, una vez utilizadas, estas aguas pueden contener grasas, materia orgánica, herbicidas, residuos industriales… Por eso, las denominadas como aguas residuales deben ser depuradas antes de volver a la naturaleza.

Tratamiento de aguas residuales

El tratamiento de las aguas residuales se llevan a cabo en las EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales). Se trata de plantas que recogen las aguas de una un municipio o de una industria para aplicar una serie de procesos que reduzcan la contaminación. Antes de que las aguas sean devueltas a su cauce receptor (ríos, embalses, costas…) deben pasar por estos procesos.

  1. Pretratamiento: proceso en el que se eliminan sólidos grandes, arenas y grasas.
  2. Tratamiento primario: eliminación de sólidos en suspensión mediante un decantador con sedimentación de sólidos, desarenado (arenas y residuos de pequeño tamaño) y desengrasado.
  3. Tratamiento secundario: proceso de tratamiento biológico en el que se recurre normalmente a bacterias.
  4. Además, también es necesario separar el agua tratada del fango generado en el proceso biológico, ya que los fangos procedentes de las decantaciones reciben un tratamiento especial en la denominada línea de fangos.
  5. En las EDAR que vierten a una zona protegida es necesario el denominado como tratamiento terciario.

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