La ósmosis es un sistema de tratamiento de agua que consigue eliminar todos los contaminantes presentes en el agua dejando un sabor neutro y una calidad para el consumo excepcional. Además, el agua tratada con este tipo de sistemas presenta unos niveles mínimos de microorganismos.
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Por ello, la ósmosis se considera uno de los sistemas más efectivos a nivel sanitario, ya que elimina la posibilidad de sufrir cualquier tipo de infección o patología por consumir el agua equivocada. Aquí puedes descubrir nuestros sistemas de ósmosis inversa para el hogar.
En este post, te explicamos la diferencia entre los dos tipos de ósmosis que existen –la directa y la inversa- y en qué consiste la ósmosis de flujo directo sin depósito. Te sorprenderán sus beneficios y ventajas.
¿Qué es la ósmosis inversa?
La ósmosis inversa es un sofisticado proceso de tratamiento del agua que lleva bastante tiempo utilizándose en plantas industriales. Aunque hace ya años que ha dado el salto a los hogares, donde también se puede disfrutar de las ventajas de esta agua libre de bacterias, olores y sabores. Esta tecnología de purificación utiliza una membrana semipermeable para eliminar iones, moléculas y partículas más grandes en el agua potable. Para conseguir la ósmosis inversa se aplica una presión para vencer la presión osmótica.
¿Qué es ósmosis directa?
Es una tecnología de membranas que utiliza un diferencial de presión osmótica para transportar agua a través de una membrana semi-permeable desde una zona de baja presión osmótica a una zona de alta presión osmótica. No se necesita aplicar ninguna presión hidráulica.
Diferencias entre ósmosis inversa y ósmosis directa
A diferencia de la ósmosis inversa, la ósmosis directa tiene una recuperación más alta de producto y requiere de una menor presión hidráulica. Por ejemplo, las plantas de ósmosis directa utilizan el gradiente de presión osmótica para provocar la difusión de agua a través de una membrana semipermeable desde una solución diluida hacia una altamente concentrada. Mediante este proceso, la solución extractora se va diluyendo, disminuyendo así su presión osmótica hasta llegar a igualarse a la de alimentación.
La ósmosis directa es un proceso natural en el que no es necesario aplicar altas presiones, con lo cual el coste energético esperado es menor que el de la ósmosis inversa. Destaca por aplicarse en tratamientos de aguas residuales, desalinización del agua y purificación del agua.
Sistemas de ósmosis inversa de flujo directo: ¿en qué consisten?
Los equipos de ósmosis inversa de flujo directo no tienen depósito de acumulación. Por ello, son más compactos, higiénicos y ecológicos. El cliente puede obtener un agua osmotizada de forma directa y sin acumulación previa, con tan solo abrir el grifo. Gracias al sistema sin depósito de acumulación, se suprime la posible fuente de contaminación propia de los sistemas de ósmosis con depósito acumulador. Desarrollados bajo conceptos de eficiencia y ecología, estos modelos aseguran una fuente ilimitada de agua pura con alta producción, mínimo rechazo y alta eficiencia.
Así, tener un equipo de ósmosis sin depósito ya es posible. Hasta ahora, los equipos de ósmosis domésticos presentaban algunas limitaciones como el tamaño y poder encajarlos en espacios reducidos.
Los principales fabricantes del sector del tratamiento del agua han diseñado equipos de ósmosis que no necesitan de un depósito, gracias al sistema de flujo directo.
Una de las grandes ventajas frente a los equipos tradicionales es el tiempo y el espacio. Con el sistema de ósmosis de flujo directo únicamente hay que abrir el grifo, sin ningún tipo de restricción técnica. El sistema de ósmosis inversa usa una alta tecnología del filtrado del agua para obtener agua pura y de gran calidad en tu domicilio. El agua osmotizada es la ideal para beber y cocinar.
Si estás pensando en instalar uno de los sistemas de ósmosis, no dudes en ponerte en contacto con Ordessa. Somos profesionales en el tratamiento del agua.