El agua más adecuada en el embarazo y la lactancia

¿Qué papel juega el agua en el embarazo y la lactancia? Lo mejor es hacerse una idea con unos sencillos datos: durante el embarazo dos tercios del aumento de peso son agua y durante la lactancia el 80 % de la leche se compone también de este elemento tan necesario para la vida. Pero, ¿cuál es la mejor agua para consumir durante el embarazo? ¿Vale con la del grifo o es mejor la mineral?

Consumo de agua en el embarazo
El consumo de agua durante el embarazo y la lactancia asciende a 2,3 – 2,7 litros al día

Durante el embarazo: ¿agua del grifo, mineral o purificada?

Qué tipo de agua consumir durante el embarazo es una de las preguntas habituales entre las futuras mamás y los papás. En esta situación nuestra respuesta es contundente: lo mejor es agua mineral o agua purificada a partir de descalcificadores o sistemas de ósmosis inversa.

Esta última opción es la más recomendable para ahorrar a medio-largo plazo, no producir residuos plásticos y por la comodidad de no tener que comprar las garrafas cada semana.

¿La razón por la que no recomendamos el agua del grifo? En primer lugar, el exceso de cal es una de las características más visibles del agua de boca de muchas partes de España. Pero lo más preocupante son las posibles bacterias en el agua y las  pequeñas cantidades de sustancias tóxicas que se pueden acumular poco a poco en el organismo como el nitrato, mercurio, aluminio, cobre o plomo, cuya ingesta continuada puede derivar a medio y largo plazo en problemas gástricos.

La conclusión es que durante el embarazo y la lactancia hay que aumentar el consumo de agua. Pero tan crucial como eso, es que el agua sea de calidad. Una vez aclarado cuál es el mejor tipo de agua, nos detenemos en por qué es tan importante el agua en las etapas del embarazo y la lactancia.

La importancia de beber agua durante el embarazo

Favorecer el crecimiento del bebé

Un consumo de agua adecuado favorece la formación del líquido amniótico. Así, el agua alimenta e hidrata el líquido del saco amniótico, protegiendo la salud del feto.

Ayuda contra el estreñimiento

Uno de los problemas de salud más habituales entre las embarazadas es el estreñimiento. Tomar la suficiente cantidad de agua evitará estas molestias y ayudará también a evitar otras como la formación de hemorroides o la infección de orina.

Paliar la acidez y las náuseas

La acidez y las náuseas habituales en las gestantes pueden agravarse si no se bebe agua en abundancia. Por ello, es recomendable ingerir agua de manera constante y a pequeños sorbos.

Evitar la deshidratación

Es imprescindible un adecuado consumo de agua en el embarazo para evitar la deshidratación, más peligrosa todavía en esta etapa.

La lactancia: de 2 a 3 litros de agua al día

Por último, recordar que el consumo de agua no concluye en el embarazo, sino que durante la lactancia hay que realizar un esfuerzo mayor por hidratarse dado que la mayor parte de la proporción de la leche está formada por agua.

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