La importancia del agua para el ser humano es vital: es el componente más abundante del organismo y tan solo la pérdida de un 10% del agua de nuestro cuerpo puede suponer un riesgo para la salud. A continuación vamos a hablar acerca de por qué es tan crucial para nuestra salud beber agua en nuestro día a día y en especial en el deporte.
Beber agua es necesario para recuperar el líquido que hemos perdido a través de la orina, las heces, el vapor de agua eliminado a través de los pulmones y la sudoración. La sudoración es un mecanismo muy presente a la hora de realizar un ejercicio físico y es de suma importancia en la termorregulación, pues nos permite perder calor.
Fases de la hidratación en el deporte
Según el Consejo Superior del Deportes del Gobierno de España, es necesario ingerir aproximadamente 1 litro de líquido por cada 1.000 kcal consumidas y todo ello con una distribución adecuada. ¡Estas son las fases para hidratarse bien en el deporte!
1. Antes del ejercicio
En el intervalo de una o dos horas antes de realizar el ejercicio se recomienda una ingesta de unos 400-600 ml de agua para comenzar con una correcta hidratación. Aunque la temperatura no importa para crear un efecto positivo en el organismo, el agua fresca es mucho más apetecible en largas marchas y en entornos calurosos. En cuanto al consumo de agua, es importante que sea de calidad y sabor neutro, como el que puede proporcionar el agua tratada con un sistema de ósmosis inversa. También se pueden consumir bebidas isotónicas o agua con limón para asegurar una buena hidratación.
2. Durante el ejercicio
Además, hay que consumir agua durante la realización del ejercicio para mantener el llamado equilibrio hídrico. Aunque debido a la sudoración intensa no siempre es posible mantener estos niveles, beber agua desde el principio y a intervalos regulares ayudará a la reposición del agua en nuestro organismo. En un situación en la que se pierde mucho líquido, como la realización de deporte, el deportista puede perder la sensación de sed, aunque eso no significa que el organismo haya alcanzado el equilibrio y lo aconsejable es seguir hidratándose.
3. Después del ejercicio
¡Al terminar el ejercicio todavía no ha concluido la tarea de hidratación! Es el momento de recuperar todos los líquidos perdidos.
La deshidratación en los deportistas
La deshidratación en un deportista puede producirse por un sobresfuerzo, el consumo insuficiente de agua, la exposición a un ambiente muy caluroso y húmedo o por el uso de diuréticos. Esta deshidratación tiene su origen en la pérdida de líquido a un mayor ritmo que la reposición o bien en la falta de reposición. Si esto se produce, el deportista puede ver disminuido su rendimiento deportivo o incluso experimentar sensación de confusión o fatiga.
Para evitar los efectos adversos de la deshidratación es recomendable que los deportistas se hidraten adecuadamente y que no realicen ejercicio físico en las horas del día con temperaturas más elevadas. Y sobre todo, recordar que el momento adecuado para hidratarse no es solo después del ejercicio, sino antes y durante todo el proceso.